Presiento que se me ha convertido en un pasatiempo leer sin poco esmero, y es por eso, que entre tus letras encuentro consuelo.
No me ofende en lo más mínimo tu mediocridad, supuse que te demorarías exactamente dos meses para responder la última carta, y así fue. ¿Cómo lo sé? debería ser obvio para los dos; Cuando me percaté de la caneca vacía en la esquina de la calle, imaginé que habías descubierto el paradero real de tus cartas (con fecha bastante tardía, debo decir).
Y entonces, mi pequeña dama predecible, ya sabía yo que andas dormida por la pulcritud de la calle.
¿Si me necesitas? ...es lo más lógico. Sin embargo, yo también te necesito
Te desangraré cinta a cinta, mientras te ves más roja
Att: Vástago